lunes, 23 de julio de 2012


20 días sin sentir tus patitas en mi piso, sin saludarte a la mañana o a la noche.
20 días sin vos.

miércoles, 18 de julio de 2012

En Terapia - Marina - Semana 2


Puedo ver tus ojos, están felices. Quisiera verte así, imaginarte así. Vos sabés que en mis recuerdos siempre vas a estar, protegeme aunque te deje ir, no te voy a dejar de amar.
Vos vas a brillar cuando estés cerca de las estrellas, soreirás y me verás desde arriba, y yo alzaré la mirada y te regalaré una lágrima.
Dos semanas ya que no escucho tus patitas en mi piso, que no me despierto a la madrugada por tus ruidos (que en su momento los odiaba, y ahora los necesito tanto). Dos semanas que no siento tu olorcito a frutilla después de haberte bañado, o tu olorcito tan particular.
Dos semanas que no puedo estar feliz de verdad, porque cada cosa que hago, cada canción que escucho me hace acordar a vos.
Para muchos fuiste un perro más que se fue porque esa es la regla de la vida. Para mí fuiste mi compañero en estos siete años que compartimos juntos. Mi compañero en todo momento, las 24 horas del día.

martes, 17 de julio de 2012

sábado, 14 de julio de 2012






Me has dado un hogar donde cobijarme, me has proporcionado alimento y sobre todo, me has dado tu amor y tu compañía. Lo último que querría es verte sufrir por mí. 
Ahora que no estoy contigo, no quiero verte triste. Deseo que cuando pienses en mí sonrías, pues así sabré que mi recuerdo te hace feliz. 
Quiero que recuerdes los buenos momentos que compartimos, nuestras muestras de cariño, nuestros juegos... y si alguna vez te defraudé, o me porté mal, perdóname. 
Y, por favor, no tires mis juguetes, ni mi cama, ni mis cosas, porque en este mundo hay muchos otros colegas que viven en soledad, tristes, sin cariño... muchos que darían su vida por compartir la tuya. 
No estés triste... yo no lo estoy, porque sé que guardas ese rinconcito especial en tu corazón... para mí.

lunes, 9 de julio de 2012


En este último tiempo (últimos dos años) conocí muchas personas. Algunas me hubiera gustado no conocerlas, porque son de esa clase de personas que te dicen que van a estar siempre con vos (aunque se sabe que eso es prácticamente imposible), y por una confusión se olvidan de tu existencia. A veces me gustaría tener esa facilidad para olvidarme de las personas. 
A otras me hubiera gustado conocerlas un poco más, porque tenían algo que me interesaba y me llamaba mucho la atención. Pero por razones que desconozco eso no se dio. Hubo y hay personas que me gustó mucho conocer. Más allá de que con algunas ya no hablo tanto, porque me dejaron algo positivo el tiempo que estuvieron conmigo. 
Y hay otras personas, una en particular, que tengo que decir que me hubiera gustado mucho conocerla en otro momento. No quiero decir que no me gustó conocerla ahora, pero es de esas personas que con un simple gesto puede cambiar tu día, tu humor, tus pensamientos. Y es una persona que cuando la conoces te das cuenta que no quedan personas como ella, o no se encuentran fácilmente. Pero sobre todo me hubiera gustado conocerla en otro momento porque tengo ese sentimiento de que llámenlo destino, Dios o como quieran, pero que hubo algo o alguien que quería que nos crucemos. Es de esas personas que uno quiere siempre tener cerca, porque sentís que estando al lado suyo nada puede estar mal. 
En este tiempo también estoy muy contenta de poder decir que encontré el amor. En realidad no sé si yo lo encontré o si él me encontró a mí. Pero la verdad es que no es ese amor de decir "estoy enamorada", es otra especie de amor. Muy distinto del típico amor de pareja. Es ese amor que tiene un poco de admiración y un poco de obsesión (en su justa medida, sin lastimar a nadie), esa sensación de querer ver a la persona pero sólo el día que sabes que la vas a ver, y no todos los días. 
Ese tipo de amor lo empecé a sentir el año pasado en el CBC. Muchos sabrán con quién fue que ese sentimiento "nació". Fue con la misma persona con la que estuve este año. Creo que fue a la única profesora de todos los profesores que tuve desde que empecé hasta que terminé el CBC, que voy a extrañar.
Muchos me dijeron que era una obsesión, un capricho. Siempre respondía lo mismo: "Si ustedes tuvieran la oportunidad de conocerla, se darían cuenta enseguida porqué me ponía tan contenta cuando sabía que la iba a ver. Es que es de esas personas que si uno está mal, con ella te olvidas de lo que te preocupaba. Te habla y te trata tan maternalmente.