En
este último tiempo (últimos dos años) conocí muchas personas. Algunas me
hubiera gustado no conocerlas, porque son de esa clase de personas que te dicen
que van a estar siempre con vos (aunque se sabe que eso es prácticamente
imposible), y por una confusión se olvidan de tu existencia. A veces me
gustaría tener esa facilidad para olvidarme de las personas.
A otras me hubiera gustado
conocerlas un poco más, porque tenían algo que me interesaba y me llamaba mucho
la atención. Pero por razones que desconozco eso no se dio. Hubo y hay personas
que me gustó mucho conocer. Más allá de que con algunas ya no hablo tanto,
porque me dejaron algo positivo el tiempo que estuvieron conmigo.
Y hay otras personas, una en
particular, que tengo que decir que me hubiera gustado mucho conocerla en otro
momento. No quiero decir que no me gustó conocerla ahora, pero es de esas
personas que con un simple gesto puede cambiar tu día, tu humor, tus
pensamientos. Y es una persona que cuando la conoces te das cuenta que no
quedan personas como ella, o no se encuentran fácilmente. Pero sobre todo me
hubiera gustado conocerla en otro momento porque tengo ese sentimiento de que
llámenlo destino, Dios o como quieran, pero que hubo algo o alguien que quería
que nos crucemos. Es de esas personas que uno quiere siempre tener cerca,
porque sentís que estando al lado suyo nada puede estar mal.
En este tiempo también estoy muy
contenta de poder decir que encontré el amor. En realidad no sé si yo lo
encontré o si él me encontró a mí. Pero la verdad es que no es ese amor de
decir "estoy enamorada", es otra especie de amor. Muy distinto del
típico amor de pareja. Es ese amor que tiene un poco de admiración y un poco de
obsesión (en su justa medida, sin lastimar a nadie), esa sensación de querer
ver a la persona pero sólo el día que sabes que la vas a ver, y no todos los
días.
Ese tipo de amor lo empecé a sentir
el año pasado en el CBC. Muchos sabrán con quién fue que ese sentimiento
"nació". Fue con la misma persona con la que estuve este año. Creo
que fue a la única profesora de todos los profesores que tuve desde que empecé
hasta que terminé el CBC, que voy a extrañar.
Muchos me dijeron que era una
obsesión, un capricho. Siempre respondía lo mismo: "Si ustedes tuvieran la
oportunidad de conocerla, se darían cuenta enseguida porqué me ponía tan
contenta cuando sabía que la iba a ver. Es que es de esas personas que si uno
está mal, con ella te olvidas de lo que te preocupaba. Te habla y te trata tan
maternalmente.