jueves, 24 de octubre de 2013

Jueves 24 de octubre de 2013

Hoy tuve el práctico de Psicoanálisis, y Natalia estaba re linda.
Después de la clase me quedé para que me pase el número de Silvia (en realidad no voy a ir, pero quería tener algo escrito por ella para guardarme de recuerdo). Aproveché y le hice preguntas:
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Yo: Profe, tengo una pregunta.
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Natalia: Decime (Me sonríe)
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Yo: Puede ser que haya angustia señal cuando por ejemplo uno va caminando por la calle y le roban?
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Natalia: Y lo que pasa es que es algo que te ayuda a protegerte
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(Ahí me anota el número)
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Yo: Ah profe, otra pregunta (Le sonrío)
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Natalia: (Me sonríe)
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Yo: ¿Por qué cuando uno sueña, se despierta en la mejor parte del sueño?
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Natalia: Ay! Qué buena pregunta. Dejame investigar (Me sonríe)
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Yo: Bueno dale (Le sonrío)
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Natalia: Dejame investigar. ¿A vos te pasa que te despertas en la mejor parte? (Me sonríe)
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Yo: Sí, por eso (Le sonrío)
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Natalia: Bueno, dejame investigar (Se ríe)

martes, 22 de octubre de 2013

Lunes 21 de octubre de 2013

Hoy empecé terapia con Silvia Pino (mi profesora de seminario), me iba a acompañar Mariana mi compañera, pero tenía que ir al médico a la 1 y yo tenía turno con ella a las 12:30.
Por suerte me ubiqué re rápido para llegar y para volver a Once, estaba re nerviosa, no sabía qué iba a decir. Incluso cuando estaba esperando para tocar el timbre, tenía ganas de irme, estaba asustada, sobre todo porque estaba sola.
Cuando llegué a su departamento y entré, no había nadie y lo primero que pensé fue que me había equivocado de departamento, pero al ratito salió ella del consultorio (estaba con otra paciente) y me hizo pasar.
Me dijo que me sentara donde quisiera (había una silla y un diván), tardé unos segundos y me decidí por la silla, pero después me cambié al sillón.
Me preguntó por qué quería empezar y si ya había hecho tratamiento alguna vez, le dije que no, y que hubo varias cosas que hicieron que quiera empezar. Ahí le hablé de mis hermanas, de que no puedo hablar de ----, un poco de Romina, le conté cómo nos conocimos, cómo me siento yo cuando estoy con ella, y otras cosas más que me lo relacionó con lo que no puedo hablar, y ahí se terminó la sesión.
Ahora voy el miércoles de la semana que viene a las 12:00, supongo que iré sola de nuevo, aunque le voy a preguntar a Brenda si me quiere acompañar, y no sé de qué hablaré, pero espero no estar tan nerviosa como hoy.

Jueves 17 de octubre de 2013

Hoy fue un día malo y triste, me robaron el celular en Once, fue así:
El Plaza me dejó en La Rioja (yo tenía pensado ir caminando a Independencia), y crucé Rivadavia para ir por la vereda de enfrente porque no me gusta la vereda de La Rioja, y cuando iba caminando a la esquina para volver a cruzar Rivadavia para ir a Urquiza, antes de llegar a la esquina, paso por un puesto de diarios (que antes estaba abierto) y me encierran cuatro pibes, uno de adelante, otro de atrás y los otros dos estaban al costado, y el que tenía adelante me dice "Dame el celular o te rompo todo", así como tres veces porque yo no le entendía nada (yo tenía el celular en el bolsillo del pantalón, ellos me lo vieron), así que les di el celular y me dice después "Tomatela", y lo peor de todo fue que había dos hombres que vieron todo, y ni siquiera cuando me vieron llorando me preguntaron qué me pasaba.
Tenía una angustia, en el práctico de Psicoanálisis me la pasé llorando, casi ni presté atención y eso me da bronca también.

Miércoles 16 de octubre de 2013

Ayer hablé con Silvia después de la clase. Me costó mucho acercarme, pero le dije que el martes pasado le había mandado un mail., si le había llegado y me dijo que sí, pero que había tenido una semana muy complicada, que después me daba un horario. Así que espero que me conteste antes del martes o por lo menos que el martes me vea en el seminario y se acuerde, sino le pregunto a Natalia si puedo ir con ella después del parcial, aunque mejor sería si voy con Silvia y de esa forma poder hablar de Natalia.

martes, 15 de octubre de 2013


No te negaré que antes de conocerte era feliz, que poco ha cambiado desde que  te vi, que los días pasan, el tiempo corre y personas llegan. Pero diré que me encantas, que te extraño y siempre te quiero ver ¿Sabes por qué? porque compartimos intereses, porque logras cautivarme, porque te miro y veo a esa persona para compartir momentos y sembrar recuerdos.

domingo, 13 de octubre de 2013


Desde que mi alma te vio 
tu dulzura me envolvió 
Si estoy contigo se detiene el reloj.
Quiero mirarte 
Quiero soñarte 
vivir contigo cada instante 
Quiero abrazarte 
Quiero besarte 
Quiero tenerte junto a mí 
tu eres lo que necesito 
pues lo que siento es... 
amor.. 

Sábado 12 de octubre de 2013

Ayer fue el ateneo, no fue mucha gente, pero lo mejor fue que Natalia vio que yo estaba.
Cuando terminó el ateneo, yo tardé en salir del aula porque salían todos juntos y era un lío, y porque quería ver un rato más a Natalia (que durante el ateneo me miró mucho y un par de veces me sonrió).
Salgo del aula y me paro en la entrada de la facultad para llamar a mi mama y preguntarle qué colectivo tomaba, por todo esto del fin de semana largo, y cuando la estaba llamando, alguien  se me para al lado y me toca el hombro, me doy vuelta y era Natalia. Hablé dos minutos con ella:
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Natalia: Hola! ¿Cómo estás? (Me sonríe)
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Yo: Hey! ¿Cómo estás? (Le sonrío)
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Natalia: ¿Te gustó? ¿Fue interesante? (Me sonríe)
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Yo: Sísí. Estuvo bueno (Le sonrío) (Pensé: Excepto la parte en la que Iván te dijo que no eras linda)
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Natalia: Ay bueno, que bueno! (Me sonríe)
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Y ahí se fue. Después tardé un montón en irme porque ella estaba afuera esperando a otros profesores.
La sonrisa que tuve todo el viaje de vuelta a mi casa, increíble. Incluso me acuerdo de ayer y sonrío.
En realidad es increíble lo que me gusta ella.
Lo que me pareció raro (y me encantó) fue que haya venido ella hasta donde yo estaba para saludarme y preguntarme, porque también había un par más de mis compañeros (aunque lo más probable es que se hayan ido rápido), o bien, pudo esperar al jueves para preguntar en general a los que habíamos ido qué nos había parecido.
A veces pienso que tiene un interés (no amoroso) por mí, que no tiene por otros alumnos, porque por ejemplo cuando va a pasar lista y llega a mi apellido dice "Parnisari estás", como si entrara y se fijara si estoy o no, porque ni siquiera es que hablo o pregunto en la clase, o por ejemplo cuando le toca dar la clase a Gerardo, a veces ve que me mira aunque yo no esté mirándola, las veces que nos cruzamos en la facultad me saluda aunque esté con otro profesor (que podría hacerse la boluda). Cuando me acerco al escritorio, ella ya sabe que es para hablar con ella, así que trata de despedirse rápido de los otros alumnos que se acercan, y me lleva aparte, como para que no se escuche de lo que hablamos, y cuando hablo con ella, noto que me mira mucho a los ojos, y me trata tan bien, tan cálidamente (que otros profesores con las preguntas que le hago me pudieron haber dicho de todo hace rato).
Cuando termino de hablar con ella, me saluda con un beso y un medio abrazo, y yo no veo que a los otros alumnos los trate así. (Los saluda con un beso sí, pero un abrazo o medio abrazo como conmigo no)
No sé, me gusta y mucho.

Domingo 06 de octubre de 2013

Ayer (u hoy a la mañana) soñé con Natalia:
Estábamos en la clase, la clase la daba Gerardo. En un momento la clase se daba en la pieza de mi mamá, incluso estaba ella tratando de dormir.
Ya al final de la clase, Natalia nos recordaba que al día siguiente era el ateneo que ella presentaba.
(Me acuerdo que durante la clase me miraba mucho)
Cuando todos se iban, yo me quedaba para hacerle una pregunta, pero cuando empezaba a hablarle llegaba gente que ni idea quiénes eran y se ponían a hablar con ella, unos hasta le llevaban comida, y mientras tanto mi mamá me decía "no te quiere responder". Entonces en un momento Natalia decía "¿Me acompañas mientras bajamos?" y yo entendía que era para alguien (que no era yo) que estaba ahí, así que estaba de mal humor y decido irme. Cuando estoy por irme, viene Natalia al lado mío y me dice "Paula, ¿me acompañas mientras bajamos?", ahí me ponía re contenta de saber que había sido para mí.
Mientras íbamos por el pasillo (todavía era mi casa) hasta la escalera, hablamos:
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Natalia: ¿Que me querías preguntar?
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Yo: No es una pregunta sobre mí (Y me reía)
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Natalia: (Se ríe y me agarra del brazo para que pare) ¿Qué?
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Yo: Que no es una pregunta sobre mí.
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(Ahí llegamos a la escalera)
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Yo: ¿Me esperas dos minutos que apago la luz?
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(Ahí yo quería grabar la conversación pero no tenía mucha batería)
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Bajamos y aparecíamos en la entrada de la sede de Independencia, y empezábamos a caminar para un kiosco. Mientras íbamos caminando, me acuerdo que ella buscaba constantemente que nos rocemos. Mientras íbamos hablando:
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Yo: ¿Puede ser que uno se despierte del sueño porque el sueño terminó? ¿O se despierta porque algo del sueño lo lleva a despertar?
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Natalia: Sí, a mí me pasó.
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(Ahí llegamos al kiosco y la ayudo a abrir la heladera donde estaban las bebidas)
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Natalia: ¿Una cerveza para despejarte un poco? (Y me alcanza una)
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Yo: Nono, gracias. Ahora tengo que cursar.
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(Ahí compra una cerveza y dos yogures y me regala uno)
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Lo raro del sueño fue que cuando me desperté, no sabía qué día era, creía que era viernes, el día que Natalia presentaba el ateneo, y que me había quedado dormida.

Jueves 03 de octubre de 2013

Hoy tuve el práctico de Psicoanálisis, pero la clase la dio Gerardo. Eso sí, Natalia me miró bastante, aunque creo que fue más que nada porque me vio varias veces mirándola.
Pero al final de la clase, cuando me levanté para agarrar la mochila (no iba a irme porque quería hacerle una pregunta) ella sola me miró, y fue por un rato.
Cuando terminó la clase, me acerqué al escritorio:
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Yo: Profe, tengo una pregunta. Cuando a alguien no le salen bien las cosas, y busca siempre "excusas" para justificar eso...
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Natalia: Claro, es como vimos hoy, hay algo en lo que se satisface, pero eso habría que verlo.
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Yo: Claro, pero puede ser porque...
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Natalia: ¿Todas estas preguntas son sobre vos?
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Yo: ¿Qué?
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Natalia: Si todas estas preguntas son sobre vos, o..?
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Yo: Ah, sí, en realidad todas las preguntas son (ahí le di por entendido que eran sobre mí)
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Natalia: Ajam, ah (Me sonríe) vos estás yendo...? (Me sonríe)
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Yo: Em.. no (Y le sonrío)
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Natalia: Ay, por qué? (Me sonríe)
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Yo: No sé, porque no me animo jaja (Le sonrío)
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Natalia: Ay, bueno pero pensalo. Llama (me sonríe). Digo, para que puedas hacerle todas estas preguntas (y me sonríe), porque yo te tengo que escuchar.
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Yo: Sí, voy a llamar. Otra pregunta.
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Natalia: (Me sonríe)
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Yo: Cuando alguien tiene miedo, yo digo por ejemplo a la oscuridad, pero no cuando es bebé porque es normal, sino cuando ya es grande.
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Natalia: Ajam.
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Yo: Pero que es un miedo únicamente de noche, osea puede estar durante el día a oscuras, no sé, dormir a la tarde a oscuras, pero de noche tiene que dormir con algo prendido, puede ser por una situación traumática en su infancia? Pero no sexual.
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Natalia: Ahí es lo mismo, si yo te dijera algo te mentiría, porque tendría que escucharte.
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Yo: Claro.
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Natalia: (Me sonríe) Saber qué es lo que te alivia ahora que antes no.
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Yo: Bueno, gracias.
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(Me sonríe, me da un medio abrazo y un beso)

Jueves 26 de septiembre de 2013

Hoy tuve el práctico de Psicoanálisis, y la clase la dio toda Natalia porque Gerardo no fue.
No lo puedo evitar, cuando la veo a Natalia me pasan un montón de cosas con ella. Yo trato de evitarlo, pero es bastante complicado.
Hoy por ejemplo, estuvimos sólo con ella, y se me hacía inevitable no mirarla y sonreír.
Hace unos días le escribí un mail (que no se lo voy a mandar) en el que le cuento todo esto, aunque no mucho y en ningún momento le digo que me gusta, sólo se lo doy a pensar.
Pero en realidad no sé si mandárselo, porque me la puedo volver a cruzar por la facultad, y por lo que ella dijo, tiene mucha memoria y seguro se acordaría de mí.
Aparte sería re incómodo porque yo sé que ella está en pareja, y si quiero hacer la ayudantía para PSA, la voy a tener que ver y si de casualidad me toca estar con ella mientras hago la práctica, sería incómodo y no quisiera que ella estuviera incómoda. Pero también me da miedo que se entere por algún error mío.
Cuando terminó la clase, esperé que todos se fueran (para quedarme con ella) y me acerqué al escritorio:
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Yo: Profe, tengo una pregunta aparte.
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Natalia: Sí, decime (Me sonríe)
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Yo: En el sueño, cuando uno sueña con otra persona, puede ser que en realidad la otra persona se a uno mismo y lo que se refleja sea la relación?
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Natalia: (Se queda pensando) Freud dice algo de eso, lo que pasa es que como nosotros vimos, los sueños se interpretan a partir de las asociaciones del paciente (Me sonríe)
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Yo: (Le sonrío) Sí.
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Natalia: Ah, lo del recuerdo es como te dijo Gerardo. Pierden efecto porque hay algo que se tramitó.
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Yo: Pero entonces ¿no tiene nada que ver el tiempo?
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Natalia: Em, algo es eso y aparte es porque hay algo que se tramitó.
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Yo: (Asiento)
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Natalia: ¿Se entiende más o menos? (Hace el gesto de más o menos con la mano)
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Yo: Sí. Ah, otra pregunta (Me río)
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Natalia: Decime (Se ríe)
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Yo: ¿puede ser que una persona no tenga libido?
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Natalia: ¿Cómo que no tenga libido? ¿Cómo sería? Freud dice que siempre nacemos con algo, algo libidinizados.
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Yo: Claro, no sé cómo explicarlo, pero que no sienta deseo sexual?
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Natalia: Ah, pero vos lo decís en el término banal, de por ejemplo "hoy no me siento libidinizado"?
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Yo: Claro.
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Natalia: Puede pasar, lo que pasa es que ahí hay algo coagulado que hay que averiguar, pero se puede (Me sonríe) (Se puede averiguar qué es)
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Yo: (Le sonrío) Ah, está bien.
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Natalia: ¿Sí?
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Yo: Sísí. Listo (Le sonrío)
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Natalia: (Me sonríe)
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(Ahí hago de irme)
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Natalia: Bueno, beso (Y se me acerca)

Lunes 23 de septiembre de 2013

Ayer a la noche tuve un sueño muy raro con Silvia Pino:
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Estábamos en un seminario de ella, viendo una conferencia por la tele de mi profesora del teórico, y también estaban mis hermanas.
En un momento yo empiezo a mecerme en la silla (era un tic) y entonces Silvia me mandaba a sentarme al lado de ella para que dejara de hacerlo, pero en vez de eso, empezaba aparte a mover la pierna izquierda. Ella me abrazaba y me decía que eso era grave.
En un momento me mira, y yo le decía con los ojos cerrados que ella me obligaba a no hacerlo (no mecerme ni mover la pierna) y no podía evitarlo.
Cuando terminaba el seminario, ella me llevaba aparte y me decía que ya que no le había respondido el mail, que le dijera los días que podía ir a terapia. Ella ya sabía que los martes a la mañana no podía.
Ahí me desperté, pero lo que me hizo sentir rara fue la parte en la que me hizo sentara al lado de ella y después me abrazó.

Jueves 19 de septiembre de 2013

Hoy la vi a Natalia, fue rara vestida, osea linda pero rara (tenía un pantalón ancho negro, la primera vez que se lo veo).
Le tocó dar la clase a Gerardo hoy, así que ella llegó y se sentó; lo único bueno fue que pude mirarla mucho (sin tener en cuenta que hoy cuando pasé por el bar que está al lado de la facultada, estaba ella con Gerardo y la vi, pero miré para otro lado).
Cuando terminó la clase, me acerqué al escritorio donde estaban los dos, y Natalia me mira y me sonríe:
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Yo: Profe, tengo una pregunta aparte de todos los temas.
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(Ella me mira y me sonríe como para que le pregunte)
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Yo: ¿Por qué los recuerdos cuando los recordás digamos,  pierden intensidad en comparación a cuando se los vivió?
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Natalia: Gerardo, preguntale a Gerardo que él está más en el tema (Y me sonríe)
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(Ahí le pregunto a Gerardo)
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Natalia: Dejanos investigar, es una muy buena pregunta (Y se ríe)
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(Ahí Gerardo me explica un poco mientras salíamos del aula)
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Natalia: ¿Nos dejás investigar y la clase que viene te respondemos? (Y me sonríe)
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Yo: Sísí. (Y le sonrío)
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(Ahí salimos del aula)
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Natalia: Dejanos investigar, que es una muy buena pregunta y te contestamos la clase que viene (Me sonríe)
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Yo: Bueno, dale. (Le sonrío)
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Natalia: Bueno, chau, buena semana (Y me sonríe)

Jueves 12 de septiembre de 2013

Hoy tuve el práctico de Psicoanálisis. Como hoy era la clase en la que se tomaba recuperatorio a los que les había ido mal o habían faltado, nos quedamos solamente los que nos había ido bien en el parcial.
La clase la dio toda Natalia, estaba re linda hoy.
En la semana yo le había mandado un mail preguntándole si al ateneo de hoy podían ir otras personas que no fueran de la facultad, y no me contestó. Estuve toda la semana enojada, pero hoy hablé con ella:
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Natalia: Paula, no te contesté el mail porque quise averiguar antes porque no sabía.
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Yo: Ajam.
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Natalia: Vos decís del ateneo de hoy 19:45 no?
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Yo: Sísí.
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Natalia: No sé si se puede, porque no sé cuánta gente habrá, pero por las dudas.. (Ahí me sigue mirando y se ríe)
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Yo: Jaja, sí, está bien. Gracias.
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Hoy cuando terminó la clase, tardé un montón en guardar las cosas e irme (la última), para poder quedarme y verla un rato más.

Jueves 29 de agosto de 2013

Hoy tuve el práctico de Psicoanálisis y fue la clase anterior al segundo parcial. Natalia fue re linda vestida hoy.
Ya al final de la clase vimos las preguntas y por suerte vengo bastante bien.
Al final, cuando ya terminamos con las preguntas, nos dijo que estábamos orientados para responder, y cuando preguntó si veníamos bien, se me quedó mirando un ratito (habrán sido segundos, pero me miró sólo a mí).
Hoy me senté adelante (como siempre porque sino no escucho :P) y pude mirarla mucho porque se sentó enfrente mío, pero de perfil a mí, así que cuando la miraba, por suerte ella no me veía, excepto creo, un par de veces que miró medio de reojo para donde estaba yo.

Viernes 23 de agosto de 2013

Hoy llamé a Silvia Pino (mi profesora del Seminario de Psicoanálisis) para poder arreglar una entrevista, y quedamos en que ella me llamaba entre el fin de semana y el lunes a la mañana para ver qué onda.

Jueves 22 de agosto de 2013

Hoy tuve el práctico de Psicoanálisis, y la clase la dio Gerardo.
Natalia estuvo sentada todo el tiempo, pero igual un par de veces vi que me miró, y un par de veces la miré yo y ella se dio cuenta de eso.

Martes 06 de agosto de 2013

Hoy cuando salí del Seminario de Psicoanálisis, mientras iba a la parada del colectivo, y le iba mandando un mensaje a mi mamá, levanto la cabeza y pasa por al lado mío Natalia y me vio y me saludó (con la mano porque estaba hablando con otro profesor) y me sonrió.
No me dejó de mirar hasta que no la saludé.

Viernes 09 de agosto de 2013

Hay varias cosas que quiero contar. Una pasó hace bastante y las otras dos son más recientes. Voy a contar lo que pasó hace bastante (para ser más exacta, el jueves 30 de mayo):
El tema es así, hace un tiempo yo veo arañas a la noche (tipo un año) pero en realidad no hay arañas (un poco neurótica, pero es la verdad); entonces le pregunté a Natalia si sabía por qué podía ser y me dijo que no me podía decir porque implicaba conocer más cosas sobre mí que no podía porque era mi profesora y tenía que corregir mis parciales (aunque esa última parte no entendí qué tenía que ver) y nos quedaba más de medio año juntas. La conversación fue así:
Cuando Natalia llegó a la clase, me dijo que cuando terminara la esperara un ratito así hablábamos.
Termina la clase y Natalia se me acerca:
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Natalia: Las cosas que me contaste por mail...
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Yo: Sí...
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Natalia: ¿Vos estás yendo o fuiste a una psicóloga?
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Yo: No.
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Natalia: Tendrías que ir, porque yo no puedo decirte nada porque necesito más elementos y no puedo hacerlo porque sos mi alumna.
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Yo: Claro. Pero qué, voy y le digo eso?
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Natalia: No, vos charlas de otras cosas.. Yo si querés puedo darte un número y vos después llamás.
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Yo: Ah sí, bueno.
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Natalia: Yo no puedo decirte nada porque somos alumna y profesora y vamos a estar todo el año juntas (por suerte pensé), yo tengo que corregir tu parcial.
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Yo: No, sí, yo lo había pensado también (analizarme con ella)
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Natalia: Pero vos pensalo y me decís, yo igual la clase que viene te traigo un número. ¿Cómo estás para el parcial? (Me sonríe)
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Yo: Bueno dale. Bien (Le sonrío)
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Natalia: ¿No tenés dudas?
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Yo: Emm, no..
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Natalia: ¿No? (Me sonríe)
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Yo: Nono. (Le sonrío)
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Natalia: Buenísimo eso! (Me sonríe) Bueno, si tenés alguna duda escribime, y con respecto a lo otro, la clase que viene hablamos.
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Yo: Bueno dale.
(Natalia me saluda con un beso)
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Yo: Gracias.
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Otra cosa que pasó fue el jueves 04 de julio:
Terminó la clase de práctico, fui hasta el aula de teórico y como todavía había gente de la comisión anterior, volví a subir y fui al aula donde tengo el práctico para ver si veía a Natalia antes de que se fuera (sólo iba a pasar por la puerta y mirar para adentro), y justo cuando estaba yendo a la escalera, ella bajaba con Gerardo (el otro profesor) hablando, y yo me quedé al pie de la escalera esperando a que terminen de bajar, aunque me pude haber ido tranquilamente porque ya la había visto, pero quedaba muy evidente. Y cuando ella me ve, me dice: "Chau Paula" (bien, odio que me digan por mi nombre completo y más los profesores, pero lo que más me gusta es que ella sabe quién soy).
Y ahora en la clase no puedo mirarla, me da la sensación de que con una vez que ella me mire, se va a dar cuenta de todo, y me queda medio año más con ella.

Lunes 08 de julio de 2013

Hace mucho que empezó el 2013, y ya terminó el primer cuatrimestre en la facultad.
El primer cuatrimestre cursé Psicología y Epistemología Genética, Psicología Social y Psicoanálisis Freud (hay otros tipos de Psicoanálisis -escuela inglesa, escuela francesa- por eso la aclaración). Psicología Social la di de baja porque no me gustaba el grupo en el que estaba, se hacía imposible trabajar, así que la haré el año que viene.
Llegué a final de Genética (después de haber dado recuperatorio del segundo parcial). El lunes 15 y el lunes 22 son los llamados de julio, pero no me voy a presentar porque no llego a estudiar y aparte porque Lombardo no me dio la nota todavía.
El jueves es la última clase de Psicoanálisis antes de las vacaciones que veo a Natalia, y después la vuelvo a ver el 08-08. Ah! Pero no conté quién es Natalia; ella es mi profesora del práctico de Psicoanálisis, no sé si es linda (está claro que para mí sí), pero aparte explica muy bien (me saqué un 7 en el parcial) y es muy buena, muy atenta, sabe que yo soy yo y eso me gusta.
Al principio me parecía una profesora más, osea desde la primera clase creí que era linda, pero ahora no sé, es más que eso, creo que fue desde la vez que hablé con ella (iba a copiar la conversación, pero no la encuentro), porque desde ahí que no dejo de mirarla todo el tiempo, incluso me pasa que mientras ella explica, no puedo mirarla a los ojos porque me da miedo que se dé cuenta de lo que me pasa, aunque no creo que eso sea muy posible; y en parte me molesta, porque yo odio no mirar a los profesores mientras explican, pero cuando ella está explicando y me mira, yo automáticamente bajo la mirada o miro para otro lado, y no sé por qué pero me parece que se da cuenta de eso, y Gerardo (el otro profesor) se da cuenta que la miro mucho.
Por ejemplo, la clase 11 que la segunda parte la dio Gerardo, Natalia se sentó abajo de una de las ventanas (la que está más cerca del pizarrón), yo la estaba mirando y en un momento (que fueron segundos) ella me miró y se me quedó mirando y no me dio tiempo a bajar la mirada, después lo que restó de la clase no la miré más, por las dudas que me volviera a ver mirándola.
Encima la noche del sábado 06-07 tuve un sueño en el que aparece ella, pero que no voy a contar (lo tengo anotado para mí y para cuando vaya a terapia para analizarlo)

sábado, 13 de julio de 2013

Natalia Martinez Liss.





















Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas.. 
Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. 
Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más. 
Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente. 
Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo, diría "te quiero" y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes. 
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero y que nunca te olvidaré.
El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso, y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas las palabras de amor que conoces. Nadie te recordará por tus pensamientos secretos.

Quién eres tú, que me salvas sin pedirlo 
y me llenas de misterios, que me llevan a otros tiempos. 
Quién eres tú, que apareces de repente.
Iluminada me siento cuando tú me miras
tan angelada que quiero quedarme en tu vida... 

domingo, 24 de marzo de 2013


- Sé que apenas te conozco -me confesó-. Pero por alguna razón siento que puedo confiar en ti.
- Y puedes hacerlo.
- Debería haber contestado a tu pregunta. Sé que me la hiciste sin pensarlo. Te debo una respuesta. Lo siento. Tenía miedo de que si te lo decía te negarías a verme otra vez. Y todavía lo tengo. Miedo. De que no quieras volver a verme.
.  Podía sentir el vuelco que había dado la conversación. Me devané los sesos tratando de recordar a qué pregunta se refería. Sentía que ella escrutaba mi perfil, de manera que giré la cabeza. Seguía teniendo esa costra en el labio inferior.
.  Ah, conque era eso. Se refería a esa pregunta.
Nada de lo que me digas me quitará las ganas de volver a verte.
- ¿Nada? ¿Me lo prometes?
- Bueno. a menos que te dediques a asesinar a la gente por diversión o hagas cosas por el estilo.
- Nunca he mata a nadie, no es eso -dijo María.
- En ese caso, sea lo que sea, seguiré queriendo volver a verte.
- ¿Me lo prometes?
.  Sentí que el estómago se me encogía por un instante. Porque, bien mirado, podía tratarse de algo terrible.
Te lo prometo -le dije de todas formas.

viernes, 22 de marzo de 2013

-




Hay países, hay ríos, en tus ojos, mi patria está en tus ojos.

domingo, 17 de marzo de 2013

viernes, 15 de marzo de 2013

Creo que fue la sonrisa, la sonrisa fue quien abrió la puerta. 
Era una sonrisa con mucha luz dentro, y apetecía entrar en ella, quitarse la ropa, quedarse desnudo dentro de aquella sonrisa.
Correr, navegar, morir en aquella sonrisa.

Tengo una cita con Dios a las 5:50, y el diablo me espera en la esquina al diez para las seis. Tengo una cita con vos mujer de pelo largo, que eres mezcla de diablo y de Dios cuando plantas un beso.

Ríe y achina los ojos morochos más lindos que vi.
(Estoy en condiciones de afirmar que estoy completamente idiotizada con vos)
Ella es una mujer especial, como caída de otro planeta.
Ella es un laberinto que te atrapa y no te enteras. 
Ella es como un pecado mortal, que te condena poco a poco, que te vuelve loco loco.


Eras una chica más, después de cinco minutos ya eras alguien especial. Sin hablarme, sin tocarme, algo dentro se encendió, en tus ojos se hacía tarde y me olvidaba del reloj.


Bendito el lugar y el motivo de estar ahí, bendita la coincidencia. 
Bendito el reloj que nos puso puntual ahí, bendita sea tu presencia. 
Benditos ojos que me esquivaban, simulaban desdén que me ignoraban y de repente sostienes la mirada. 
Bendito Dios por encontrarnos en el camino, y de quitarme esta soledad de mi destino.

Cuando estás aquí, todo lo demás no importa, todo es ideal, ya no necesito nada más, cuando encuentro en tu mirada mi verdad.

¿Qué puedo decir? Me gustaste desde el primer momento que te vi, desde ese 15 de agosto que entraste a la una en punto al aula 214 de Independencia, sonreíste (como iba a darme cuenta un par de clases más adelante que era natural en vos entrar siempre de buen humor), te sentaste y dijiste: "Me llamo Laura, vivo en La Plata y voy a ser su profesora de Estadística durante todo el cuatrimestre. Estadística es una materia pesada, pero voy a tratar de hacer que sea llevadera". Te puedo asegurar que por lo menos para mi, se pasó rapidísimo este cuatrimestre.
Tenías el pelo largo, aunque no tan largo como ahora.



(Linda como vos sola)

Estoy completamente enamorada, en sentido figurativo obvio. Sos hermosa como mujer y como persona, siempre tan atenta, preocupándote por todos nosotros (por eso me enferma cuando en la clase te toman el pelo)
¿Y lo mejor de todo que es?, que cómo no voy a estar tan idiotizada con vos, si me haces acordar en muchas cosas a otra persona que, aunque no la vi nunca (y espero verla aunque sea una vez antes de terminar el año), me pasa algo parecido con ella. La única diferencia es que a vos te veo.

Juro por mí que sólo fui por un café, pero te vi... 
Y cambiaste mi vida, mi ritmo, mi espacio, mi tiempo, mi historia, mi sueños y todo. Y me agregaste risas, dos dudas, un duende, un par de fantasmas y este amor que te tengo.

(Salió movida. Es que no es fácil sacar fotos sin que nadie se dé cuenta. Sos hermosa y punto, no hay palabra que pueda describirte completamente. Me encanta cuando te reís, me encanta cuando te reís conmigo, me encanta que sepas que yo soy yo, y me encanta que me mandes mails sin que yo te haya mandado para preguntarte sobre algún ejercicio.
(Me encantas vos)

viernes, 8 de febrero de 2013

jueves, 7 de febrero de 2013

Violeta Urtizberea: "Uso el humor para quitarle drama a la vida"


A los 27, estrena convivencia y atraviesa una gran etapa con su papel de Gaby en Los graduados; en una charla íntima habla de su pareja, el trabajo y las cosas que la sensibilizan.


Si ahora estamos en un bar de Palermo y no tomando mate en su casa, es porque ella temía que Francisca nos molestara durante la entrevista. Francisca es la cachorrita de seis meses que Violeta Urtizberea adoptó junto con su novio. La responsable de muchas de sus preocupaciones, casi un ensayo maternal. "Estamos enloquecidos con la perra, como padres -nos cuenta entre risas-. Duerme con nosotros y nos encontramos diciendo que se porta muy mal... Cuando fue el primer día del paseador, por ejemplo, la despedimos en la puerta y después preguntamos todo: '¿Cómo estuvo?, ¿interactuó con los otros perros?'", dice con esa espontaneidad que arranca sonrisas. Y si no saca ella a pasear a Francisca, aclara, es porque está trabajando mucho, demasiado: a su papel en Los graduados se suman dos obras de teatro (Isósceles, que protagoniza junto con Dolores Fonzi, y A dónde van los corazones rotos, en el Centro Cultural Rojas), más una película que se acaba de estrenar: No te enamores de mí. Ah, también da clases de teatro. Como si fuera poco, en la vida real, está debutando en un papel: ¡el de concubina!

¿Hace mucho que estás en pareja?
Desde hace un año y medio. Y hace cuatro meses que vivimos juntos.
¿Cómo viene la convivencia?
Bien, re bien. El primer mes fue desastroso; nos mirábamos y decíamos: "¿Qué hicimos?", y entonces vimos que habíamos firmado un contrato de alquiler ¡por dos años! Pero se pasa, ahora estamos muy bien, es divertido... También difícil, ¿eh?
¿Cuál es la parte más complicada?
Y, supongo que es que empezás a ver tus miserias. Toda mi parte jodida, de tratarlo al otro de inútil, como que yo siento que todo lo voy a hacer mejor... Llega un momento en el que te tenés que relajar y dejar hacer al otro.
¿Qué cosas a él no le gustaron de vos?
Y, justamente eso, mi parte jodida. Y además, que soy muy desordenada.
¿Él es actor también?
Nooooo, no me suelen gustar los actores, hay algo que no me atrae del actor, lo encuentro un poco afeminado. Mi novio es dibujante, hizo la carrera de Diseño de Imagen y Sonido y combina las dos cosas, hace animaciones.
¿Ya tenías ganas de convivir con alguien?
Tenía ganas de convivir, porque pasé mucho tiempo de novia, noviazgos de dos años, uno atrás de otro. Me gusta estar de novia, y nunca había convivido.
¿Nunca se te había cruzado la idea por la cabeza?
¡Siempre! Yo a los dos días de empezar una relación ya quiero casarme, quiero convivir, ¡todo! Por suerte, los hombres son más prudentes, y entonces el tiempo pasa y esas ganas iniciales se empiezan a ir. Pero esta vez no se fueron. Podríamos haber seguido como estábamos, vivíamos a diez cuadras y estaba todo bárbaro. Pero nos parecía que estaba bueno. Y mejor no seguir estirando, porque una se va poniendo cada vez más mañosa...
¿Seguís dando clases de teatro?
Sí, me encanta, está buenísimo tener ese espacio. Ahora que estoy con muchas cosas, me da un poco de fiaca, pero el otro día fui y la pasé re bien. Es un lugar más reflexivo en un punto, de observación, y me ayuda en todo sentido: me gusta enseñar y, como actriz, aprendo mucho ahí.
Arrancaste desde muy chica tu profesión, sos hija de artistas, hacés tele, teatro cine, enseñas teatro... ¿Hay algo en tu vida que no tenga nada que ver con lo artístico?
Ay, últimamente no. Bueno, pero mis amigos no son todos actores. No me gusta estar todo el día rodeada de actores, me satura estar hablando todo el tiempo de la actuación. Tengo un montón de amigos que son actores y los quiero un montón, pero a veces me agobia. También me gusta conocer otras cosas. Cuando terminé el colegio, me metí dos años en la facultad a estudiar Psicología, también hice un curso de Filosofía en el Rojas... Hay algo de lo académico que me gusta mucho.
Eras la rebelde en el seno de una familia de artistas...
Totalmente, mi viejo me decía: "¿Para qué vas a la facultad?". Igual, mi mamá es profesional, es asistente social. Era actriz antes, estudió de grande. Es que me interesa, quiero entender el comportamiento humano.
Es raro imaginarte en algo filosófico, se te ve más ligada al humor...
Sí, es probable. Cuando me metí en la facultad, antes de arrancar Psicología, pensé en estudiar Filosofía, pero la descarté porque me parecía una carrera un tanto oscura, tanta introspección me pesaba un poco. Hay algo de lo existencial que tiene la filosofía que es enroscado, y yo soy enroscada. Lo trabajo y trato de no conectarme con eso, porque la paso mal.
¿Cómo hacés para no conectarte con eso?
En realidad, no sé qué hago... La otra vez, cuando se murió Spinetta, me pegó muy mal, no sé por qué tanto, porque si bien me encantaba lo que hacía, no era alguien a quien conocía ni nada. Creo que en algún punto lo relacioné con mi papá. Fui al psicólogo y le dije que no me quería morir, y me dijo que canalizara esos sentimientos en la actuación, que no hay una solución, la angustia de muerte es el gran tema de la humanidad. Así que yo trato de canalizar esas angustias actuando.
Es loco, porque tu personaje de Los graduados es luminoso, es muy divertido... ¿Podés llevar esa energía de angustia y transformarla en lo que vemos en la pantalla?
Quizás en Los graduados no tanto, pero hago una obra en el Rojas que se llama A dónde van los corazones rotos. Ahí sí abordo el tema y de verdad me sirve mucho.
Hablando de Los graduados y de tu papá: volviste a trabajar con él después de mucho tiempo...
Sí, hacía mucho que no trabajábamos juntos, y fue una decisión...
¿De quién?
¡Mía! Yo la tomé, los padres no toman esa decisión. Si fuera por él, trabajaría siempre conmigo...
¿Cómo tomaste la decisión?
Sebastián (Ortega) me llamó, y después de que le dije que sí, me enteré de que iba a estar mi papá. Fue medio fatal para mí en ese momento. Lo hablamos y me dijo que no me iba a molestar. Y la verdad es que coincidimos muy poco y se da todo muy naturalmente. Al principio, dije: "No, qué bajón", porque yo había decidido no trabajar más juntos. Pero ahora estoy contenta, me gusta reencontrarme con él en esta situación.
¿Podés tomar con naturalidad que el personaje que él hace es casi de la misma edad que el que vos hacés?
Sí, es algo que me chocaría si sucediera en la realidad, pero mi viejo es muy ubicado, no va a estar invadiéndome ni haciéndose amigo de mis amigos. Es un súper papá, se comporta como un padre común y corriente.
¿Por qué habías resuelto no trabajar más con él?
Porque tenía que hacer mi propio camino. Y además, llegó un momento en que las cosas que hacía mi viejo ya no eran las que me interesaban; me gustan, pero no tenían que ver con mi búsqueda, tenía que encontrar mis referentes, mis maestros, que mis padres en la actuación fueran otros.
¿Y ahora?
Ya no está ese conflicto, ya despegué. En ese sentido, sí estuvo bueno darme cuenta de que estaba todo bien, no había una tensión desde ese lugar.
¿Cómo te vas orientando en tu búsqueda profesional?
Por pura intuición. Las decisiones las tomo sola, puedo consultar, pero después resuelvo de acuerdo con mis ganas. Trato de no ser estratégica, no me gusta eso de "ahora me conviene hacer cine, porque hice televisión, y ahora me conviene hacer teatro". Disfruto mucho de actuar y voy registrando qué quiero.
Quiere decir que estás muy relajada.
Sí; después, obviamente, te surgen las angustias, eso de saber si hiciste bien. Una de las angustias más grandes del ser humano es tener que estar eligiendo todo el tiempo. Una vez que lo elegiste, ya está, pero el momento en que tenés que tomar la decisión es agobiante.
¿Qué cosas te sensibilizan?
De chiquita era una sensibilidad caminando. Mis papás son muy sensibles los dos, se les llenan los ojos de lágrimas por cualquier boludez. Mi viejo me decía: "Ya te vas a poner más fuerte", porque yo lloraba por cualquier cosa. Miraba una película en el colegio y lloraba, y mis compañeros se burlaban. Y es verdad, la vida te va endureciendo. Yo no disfruto de la angustia, hay gente a la que le gusta conectarse con esa parte, yo le huyo. Puedo pecar de negadora, pero la llevo como puedo, trato de no ver películas tristes porque me duelen en el alma, por ejemplo. Sí me gusta emocionarme con la felicidad, eso me lo permito más. De chica era bastante oscura. En la adolescencia fui muy dramática, se me venía el mundo encima.
¿Cuándo terminó eso?
Cuando me puse de novia, a los 15 años. Ahí se me solucionó un poco la vida; cuando estás enamorada, no te afectan tanto las cosas. Eso estuvo bueno, el amor me salvó. Igual, yo siempre tuve sentido del humor, no era una depresiva. Aun así, los volví locos a mis viejos.
¿Te imaginás cómo serías vos con tus hijos el día de mañana?
Ay, lo que no quiero es que lloren, no les quiero transmitir esos fantasmas míos a mis hijos, mis angustias... ¡No saben lo que era en la facultad cuando tenía que rendir un examen! Eso de exponerte y que te evalúen me mataba. Me sigue pasando a veces.
Tu trabajo pasa mucho por exponerte y que te evalúen...
Sí, pero en la actuación no lo padezco. En la vida social, de pronto, sí. Si hay dos personas hablando, ya pienso que me están criticando. No soy una paranoica grave, pero tengo ese mambo: me importa la opinión de los demás.
¿Con la ropa que usás también?
Sí, porque cuando era chica mis papás no tenían mucha plata y, más allá de lo económico, mi mamá no iba a estar haciéndome la trenza cosida o emprolijando el dobladillo del guardapolvo. Me vestían un poco zaparrastrosa, un desastre (risas). Y hay algo de ese complejo que me quedó: por más que me ponga el mejor vestido del mundo, interiormente nunca me voy a poder sentir la mejor vestida.
Pero ¿le das bolilla a lo que te ponés?
Sí, me divierte, y además soy medio consumista...
¿Usás las compras para aliviar algo?
Antes sí: estaba triste, entonces iba a comprar algo. Pero después me di cuenta de que no era la solución.
¡Así que ahora consumís en todos tus estados!
Exacto. Me gusta consumir, me gusta el momento de pagar.
¿Cómo es eso?
Es que a nosotros nos dan muchas cosas por canje, pero hay algo del consumo que no tiene que ver con tener, sino con comprar. Tiene otro valor. Me encantan los canjes, pero que me lo regalen no me da la misma satisfacción que elegir, comprar, pagar.
Si salís, ¿invitás vos?
Muchas veces sí, me encanta. Y me desagrada la gente tacaña, no lo soporto, entonces quizá me voy al otro extremo. Con lo único que no soy generosa para nada es con los libros. No los presto.
¿Por qué?
Porque los subrayo todos, escribo cosas, y terminan muy intervenidos por mí. No me pasa con otra cosa, pero si no me devuelven un libro, me da mucho fastidio.
Además de la gente tacaña, ¿qué otra cosa te molesta?
El maltrato, los malos modos, me parece insoportable... Eso de "yo soy así": no, cambialo, flaco. Yo soy muy cuidadosa en cómo me dirijo al otro, todos tenemos malos días, pero me cuido, trato de ser dulce, piadosa. No podría ser amiga de alguien que no se manejara así. Ni tampoco de alguien que no tuviera sentido del humor. Hay algo de un lenguaje, de un código que pasa por el humor, que es muy importante para mí. No banco a la gente muy susceptible, a la que le molesta que le hagan un chiste.
Pero ¿cuál es el límite para hacer chistes?
Bueno, claro, hay cosas que sabés que pueden lastimar al otro. Ojo, que también me parece que es lindo joder con eso: exorcizás la situación, se vuelve más liviano, lo tabú es como mucho peso, si le estás dando mucha importancia y no se puede hacer ni un chiste al respecto, lo volvés demasiado relevante. Por ejemplo, yo tengo mucho humor negro, a mí me gusta joder con la muerte, las enfermedades, y, como les decía, es algo que también me angustia mucho. Yo me tengo que reír de eso y de todo, porque es mi forma de bancarme la vida.